La Legisladora Inés Parry y el Embajador Fares Yassir.
La exposición pretende seguir los pasos de Saint-Exupéry desde la ciudad de Ushuaia, en el extremo sur de Argentina, conocida como la ciudad del fin del mundo, hasta el sur de Francia, pasando por Uruguay, Paraguay, Chile, Brasil, Senegal, Marruecos y España.
Este itinerario reproduce los vuelos realizados por el célebre escritor por encargo de la compañía francesa Aérospostale, dedicada al reparto de correo entre las dos orillas del Atlántico.
La exposición, iniciada por los nostálgicos de los inicios de la aviación comercial, ofrece un "viaje inmersivo e inclusivo a través de los mundos de Saint-Exupéry y 'El Principito'", arrojando luz sobre su talento literario y su pasión por la aviación.
Durante la presentación, el miércoles por la noche en Buenos Aires, de las grandes líneas de esta exposición, sus iniciadores pusieron énfasis en los valores universales transmitidos por Saint-Exupéry, como la amistad, el amor y la búsqueda del sentido de la vida.
Según ellos, “Vuelo de vuelta” es un homenaje a esta herencia exupéryiana que invita a reflexionar sobre la vida, la literatura y los sueños.
En el Reino, el programa ofrece en particular una conferencia sobre los “años marroquíes” de Saint-Exupéry, cuyo mundo conmemora este año el 80° aniversario de su trágica desaparición (31 de julio de 1944) en el Mediterráneo.
Esta conferencia debería relatar la primera estancia de Saint-Exupéry en Casablanca, donde realizó su servicio militar en 1921. Es también en esta ciudad donde hará varias escalas entre Toulouse y Dakar.
Cuenta la leyenda que Saint-Exupéry, que se alojaba en el hotel Excelsior, joya indiscutible del art déco de Casablanca, había escrito en una de sus habitaciones su famosa “carta a un amigo inventado” en la que confiesa: “No soy Ya no estoy seguro de estar en Casablanca. Ya no estoy seguro de tu existencia. Déjame ir a la cama o me quedaré dormido delante de ti, lo cual no sería de buena educación”.
En 1927, el que se convertiría en el escritor-aviador de la literatura universal, fue nombrado director de estación en la región de Tarfaya, entonces llamada Cap Juby, lo que encendería la chispa de su obra principal “El Principito”.
Precisamente en Tarfaya, un museo que lleva el nombre de Saint Exupéry rinde homenaje a su estancia de 18 meses en esta pequeña ciudad y, sin embargo, escala estratégica en la ruta de los vuelos de Aéropostale entre Europa y América del Sur.
Fuente: MAP
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