En el anarquizado Egipto, tres días de manifestaciones con 7 muertos, fueron arrestados 27 periodistas, dos de ellos de medios internacionales y además el gobierno bloqueó Internet, matamos al cartero y se terminan las malas noticias. Como en el caso de Túnez, cuyo presidente Ben Ali fue depuesto por una rebelión popular el 14 de enero último, todas estas marchas reclaman contra el desempleo, por una mayor libertad y el fin de un régimen corrupto que reprime cualquier oposición política. Su actual presidente Hosni Mubarak lleva nada mas que 29 años en el poder.
El premio Nobel de la Paz y dirigente de la oposición egipcia Mohamed el Baradei regresó a Egipto y se postuló para liderar la transición si el presidente, Hosni Mubarak, abandona el poder. En Yemen, miles de ciudadanos tomaron las calles de la capital para protestar. Y en Túnez cayó el canciller del nuevo régimen. Las protestas en el mundo árabe se contagian de país en país.
Miles de yemeníes se han manifestado por las calles de Saná, la capital del país, exigiendo una mejora de sus condiciones de vida y el fin a los 32 años de presidencia de Ali Abdalá Saleh.
En un caso similar al de Túnez, que les ha servido de inspiración, y al de Egipto, los yemeníes se quejan de la carestía de los alimentos, de la corrupción y del nepotismo.
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