miércoles, 30 de marzo de 2011
De María Soledad Morales a Leyla Bshier Nazar y Patricia Villalba
Atiborrado de impunidad reapareció el ex gobernador de Catamarca Ramón Saadi a fin de postular que el feminicidio de Maria Soledad Morales fue un crimen pasional. Exactamente fue lo que dijo el genocida Patti cuando el entonces presidente Menem le encomendó la tarea de investigación de este hecho que tenía en vilo a la Argentina durante su primer mandato. El poder político de la segunda década infame de nuestra historia contemporánea, nunca permitió que la responsabilidad penal en este caso, pudiera realizarse en la doctrina de la autoría mediata, introducida en nuestro país a través del fallo condenatorio a los jerarcas de la dictadura militar. Muy distinto fue el resultado en el denominado Doble Crimen de La Dársena con motivo del feminicidio de Leyla Bshier Nazar y Patricia Villalba en Santiago del Estero, ya que desde un primer momento se concentró la investigación en el aparato organizado de poder, contando para ello con la fundamental presencia del gobierno nacional y especialmente del compañero presidente Néstor Kirchner. Si bien es cierto, aún se mantiene impune el crimen de Leyla Bshier Nazar, ello fue debido a graves obstrucciones y desviaciones soportadas en tiempos de la Intervención Federal , que signaron el futuro de la causa penal y que tiene como principal responsable al actual abogado de las empresas de trabajo esclavo Pablo Lanusse, que terminó sin pena y sin gloria una gestión que había generado enorme esperanza en el pueblo santiagueño. Catamarca y Santiago del Estero fueron intervenidas porque había miles de personas en las calles reclamando justicia Si no hay justicia la democracia real en nuestra región será de imposible cumplimiento. Aún sigue pendiente la respuesta ética del Estado para confrontar los paradigmas míticos que se instalan sobre una voluntad colectiva dispersa y desplazada de su propia vida. La región del Gran Chaco Argentino acarrea secularmente vestigios del trauma colonial, que se manifiestan en realizaciones paradojales, casi imperceptibles para la nada ciudadana, porque lo que parece ser no es, como en el cuento de Hector Tizón “Nunca es posible regresar a nada”. En realidad lo que es nos vienen diciendo los filósofos de los pueblos indoamericanos: la búsqueda de la exacta dimensión. Luis Horacio Santucho COLINA (Santiago del Estero)
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