Alberto Lebbos acaba de recibir un mensaje de texto de una de sus hijas. “Gracias por tu lucha, en la zanja en que tiraron a Paulina, estamos todos”, le escribió desde Tucumán. El hombre de 58 años viajó a Buenos Aires para el martes reunirse con varios diputados en el Congreso. El asesinato de la chica de 23 años, en 2006, todavía sigue impune y, según testimonios aportados por su familia, en el crimen podría estar vinculado uno de los hijos del gobernador José Alperovich, algo que desmienten desde la Gobernación. Pero después de siete años, la causa cambió de fiscal y empezó a moverse. Lebbos pide que se investigue la cadena de encubrimiento que, según él, la integran funcionarios que siguen protegidos por el gobernador. “Alperovich me acusa de hacer política y no hace nada por hallar al asesino de mi hija”, le dijo ayer a Clarín. Paulina desapareció el 25 de febrero. Volvía de bailar en un remís, dejó a una amiga y nunca más supieron de ella. Como Leyla Bashier en Santiago del Estero o como María Soledad Morales en Catamarca. Su cuerpo, también como el de ellas, apareció en un descampado al costado de una ruta. Fue el 11 de marzo y ahí Lebbos, quien era funcionario de Alperovich, comenzó a sospechar de que los esfuerzos que su jefe le había dicho que hacían sobre la búsqueda de su hija no eran tantos. “Desde el día que desapareció operó esta maquinaria siniestra de encubrimiento, empezaron a liberar zonas, me decían que la buscaban y era mentira. Decían que hacían el rastrillaje en determinado lugar y era mentira. Que habían pedido colaboración a las provincias vecinas y era mentira. Eso me lo decía el gobernador Alperovich”.
-La casa donde supuestamente fue asesinada Paulina no estaba en esa epoca, según el fiscal...
Siete años han tenido para borrar todo tipo de pruebas y seguir borrándolas. Mi mayor temor es que sigan borrando pruebas, ocultando la verdad. Son maniobras tendientes a desacreditar pruebas. Acá hay verdades objetivas.
-Por ejemplo...
Hay encubridores y cómplices del asesinato de mi hija que hace siete años que están siendo protegidos por el Gobernador y que nunca han sido citados a declarar a pesar de nuestras denuncias. En siete años no me dejaron ver el expediente. Recién ahora cambiaron el fiscal porque la Presidencia envió a hacer un informe que concluyó que hubo irregularidades y así algo cambió.
-Y, ¿qué pasó desde entonces?
Surgieron testigos que señalan como presuntos responsables del asesinato de mi hija a uno de los hijos de Alperovich y a uno de los hijos de su secretario privado. Esto se debe investigar. Nadie debe tener coronita. Los más investigados en este caso fue mi familia. El Gobernador y su mujer, la senadora Beatriz Rojkés, salen por todos los medios a querer desprestigiarnos. Alperovich me acusa de hacer política y no hace nada por encontrar al asesino de mi hija. Que deje que la Justicia trabaje. Pedimos que no haya interferencias ni complicidades.
Fuente: Clarin
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