lunes, 17 de junio de 2013

HOURMILOUGUE: "Es una pena sin retorno que los Guardianes de la Verdad, me mientan tanto"

COLUMNA DE OPINIÓN: por  YAYO HOURMILOUGUE ... LA 5PATA

TRAGEDIA

La ambigüedad, a veces es un recurso original para los buenos escapes intencionales. Otras veces, obstruye cualquier intento en ese sentido y deja a la Causalidad, expuesta a lo peor.
 
A la ambigüedad se llega por la omisión intencional de la verdad o por la estupidez. Si lo ocurrido en Once y Castelar, es un Accidente o un Siniestro, se intenta reducir así la verdadera Tragedia que obliga al “hacerme cargo”. En un país que no practica la mitomanía desde el poder, tal cosa sería una evidencia. Aquí, no. Aquí se cultiva el Victimismo de culpar a otros.

No soy responsable, porque soy Víctima.

La palabra Siniestro, proviene del idioma alemán, (Unheimlich), y desde la perspectiva de Freud, es lo espantable, angustiante o espeluznante, debido a la persistencia de ideas primitivas y complejos infantiles reprimidos. Entendemos por Siniestro, algo malo, hecho con mala intención, propenso, o con inclinación a lo malo; es el resabio, o, y esto es fantástico; “la dañada costumbre que tiene el hombre o la bestia” ya no según Freud, sino la RAE.

La palabra Accidente tiene su origen en el término latino Accidens, y tal concepto hace referencia a algo que sucede o surge de manera inesperada, ya que no forma parte de lo natural o lo esencial de la cosa en cuestión (Wikipedia). Por estos años el concepto se ha extendido, y debemos interpretar que si es Evitable, no se trató entonces de un Accidente.

Pero al Ministro Randazzo en plena ambigüedad, le faltó en tal caso, un sustantivo; Tragedia.

El vocablo, en latín “Tragoedĭa”, está asociado a un género literario y artístico del mismo nombre. Se trata del tipo de obra dramática con acciones fatales que generan espanto y al mismo tiempo compasión. Es un formato dramático cuyos personajes protagónicos se enfrentan de manera misteriosa, invencible e inevitablemente contra el destino, o contra los dioses. Las tragedias acaban generalmente en la muerte o en la destrucción física, moral y económica del personaje principal, quien es sacrificado así por esa fuerza que se le impone, y contra la cual se rebela con un orgullo casi insolente.

Pero si hurgueteamos nuestra realidad, la explicación no nos convence, ya que no podemos permitirnos creer que cada muerto en nuestros trenes, sea un héroe. ¿O lo es? Quizá la Tragedia se reduzca a que para viajar en tren, haya que tener Heroicidad. Hilando más fino, habría que ver las razones, o mejor aún, las causas, y allí probablemente, descubriríamos la peor cara de la Tragedia.

El 1 de marzo de 2102, dije “ahora sabemos que la corrupción mata”. Poco más de un año después debo insistir, con que la corrupción, “continúa matándonos y lo seguirá haciendo”. Y lo más grave es que no importemos a la Corrupción. Porque esa Corrupción tiene culpables y responsables, tiene nombres, tiene apellidos.

Hace poco un Frentista Victoriano, me decía “Este Gobierno hizo cosas buenas que ninguno antes hizo”. Estamos de acuerdo, respondí, “también hizo cosas buenas que nunca terminó. Y que mañana pueden ser buenas, pero ahora son potencialmente malas, miremos cada Obra inaugurada, comprobemos cuantas en verdad han sido finalizadas. Y después, detengámonos un minuto en quienes esperan por esas obras, por el puente, el asfalto, el agua, el gas, la represa, las cloacas, o cuando pidieron que no les sacaran los arboles, y ahora piden que se lleven las topadoras que los voltean, o cuando se habló durante años de DDHH, para no atender a Félix Díaz, o cuando lucharon por la ley de glaciares, y quien decide, la vetó”

Si nos situáramos en la tragedia griega, diría a este gobierno que;

“No es lo que me diste lo que voy a recordar, es lo que me negaste, lo que no voy a poder olvidar”. Ya que “Un error se comprende, pero una sola mentira por la que muere gente, no se perdona, ni debe perdonarse”. Y a propósito de esto, es incomprensible la Bronca y la Impotencia de quien manda, porque si quien manda es Impotente, no debería gobernar en soledad”, ya que “La política y la economía son resultados…” a veces, que no se ven. Lo que no se ve, y se espera, también es un resultado político, y no es el peor, es el mejor resultado. Ante la Realidad, lo es. En cuanto a la Bronca, bueno, imaginemos a nuestros Héroes, como pueden llegar a sentirse colgados del tren.

Estamos acostumbrados a que la retorica, niegue la verdad, y a que el poder político, explique la grandeza, aunque se suicide ahogado en sus propias minuciosidades.

Hay un dato alentador al menos, y hasta ahora; La Justicia decidió siete años de cárcel para un ex presidente argentino, Carlos Menem, por la causa armas…. ¿Irá a desaforarlo el Congreso según lo previene el Art 69 de la C.N.? Sería un principio luminoso si ocurriera, porque tenemos la esperanza de ir pensando entonces en Boudou, en Jaime, Los dos Cirigliano, Schiavi, los Schoklender, y tantos sureños y no sureños que se han ido apropiando del país. En quienes se enriquecieron por arriba del 100 %.

Es esperanzador creer que La Política nos dé en algún momento otros políticos que tengan por claro estas cosas. La Esperanza es lo que no se negocia. Nos pertenece más allá de nosotros mismos. Nos concilia, hasta ese momento imperioso en que la sociedad empiece a hacer Política.

Que quien gobierna se equivoque no está mal. Pero ya no es el caso. En algún momento el gobierno deberá resolver, no el amesetamiento del empleo, la inflación o el tipo de cambio retrasado, sino sus colosales problemas Éticos.

Es una pena sin retorno que los Guardianes de la Verdad, me mientan tanto.

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