Es la primera vez desde la llegada del Frente de Todos a la Casa Rosada que Juan Manuel Olmos viaja con Alberto Fernández por el exterior. Cultor de un perfil mucho más subterráneo de sus colegas, el jefe de Asesores de la Presidencia se había subido al vuelo de cabotaje que llevó al Presidente a La Rioja seis días después de la derrota de septiembre, tras la crisis que obligó a cambiar a media docena de ministros.
Un mes y medio después de ese tsunami político, Fernández decidió que la comitiva que lo acompaña desde el viernes por Roma y Glasgow esté compuesta por buena parte de sus más leales. Ministros y Secretarios de Estado de corte albertista atravesados por los trascendidos que presagian una segunda oleada de cambios en torno al 15N. Es decir, horas después de las elecciones.
Sobresalen Matías Kulfas y Martín Guzmán, dos de los funcionarios más cercanos al jefe de Estado y más criticados por el kirchnerismo en los últimos tiempos. Completan, además de Olmos, Santiago Cafiero, Julio Vitobello, Gustavo Béliz, Cecilia Todesca, Marcelo Martin y Cecilia Nicolini.
También Juan Cabandié, Julián Domínguez y Gabriela Cerruti, en estos últimos casos otros dos debutantes en el exterior incluidos recientemente en el gabinete tras la crisis desatada a partir de la carta pública de Cristina Kirchner y la renuncia en masa de aquellos funcionarios que le responden.
Entre ellos, Cabandié, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable que en los últimos tiempos recompuso su vínculo con Máximo Kirchner y cuyo futuro nadie está en condiciones de garantizar, ni siquiera él mismo: este lunes por la tarde, en declaraciones a Radio con Vos desde Glasgow, y consultado por su continuidad, respondió que se trata de un militante y que el cargo, en todo caso, es transitorio.
En despachos oficiales suena desde hace rato la diputada Daniela Vilar, de La Cámpora, abocada casi a tiempo completo a la agenda medio ambiental.
Cabandié, extrañamente, no participó este lunes, en Escocia, del anuncio oficial de la inversión en torno a los 8.000 millones de dólares de la empresa australiana Fortescue para la producción de hidrógeno verde en Río Negro. Sí lo hicieron Cafiero, Kulfas y Todesca, en compañía del ex rugbier Agustín Pichot.
Una puesta en escena festejada por el círculo albertista y presentada como la mayor inversión privada extranjera de este siglo.
Hasta bien entrada la tarde del lunes, ninguno de los principales socios del Frente de Todos en el país había celebrado no solo el anuncio de Glasgow si no la inclusión, en el documento final del G20 en Roma, del pedido de revisión de las sobretasas que el Fondo Monetario cobra a países con grandes deudas como la Argentina, y la implementación de un "fondo de resiliencia", dos ítems trabajados por la comitiva encabezada por Fernández.
En Buenos Aires se discuten no solo las negociaciones con el Fondo en el sprint final de la campaña, si no también el futuro de la gestión y del gabinete a partir del lunes 15 de noviembre.
Según trasciende, hasta el futuro de Nicolini, una funcionaria de alta estima por parte del Presidente, que tuvo un papel protagónico en la adquisición de vacunas contra el COVID en los primeros meses del año, es una incógnita.
Distinto es el caso de Olmos, de extrema confianza del jefe de Estado y con una extensa trayectoria en el peronismo porteño que en los últimos tiempos fue seguida con cierto recelo por parte de un sector del kirchnerismo por los acuerdos entre el PJ y la administración del PRO en la Ciudad. Es paradójico porque La Cámpora participa activamente de esas negociaciones.
Según colaboradores del jefe de Asesores, se subió al charter de Aerolíneas Argentinas "para analizar la coyuntura" de las reuniones presidenciales y acompañar a Cafiero y a Todesca en los encuentros bilaterales del G20.
Lo de Béliz y Vitobello es más frecuente: suelen acompañar al Presidente cuando sale del país. En las horas más difíciles del Gobierno, el secretario General, que sigue a sol y a sombra a Fernández, fue mucho más cauto que el secretario de Asuntos Estratégicos: según el propio círculo íntimo del jefe de Estado, Béliz fue una de las voces más firmes en plantear una ruptura con el kirchnerismo que, en los papeles, al final no fue.
Fuente: Clarín - La Nación - Perfil - Ambito Financiero - El Cronista
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