Por Ricardo Bianchi
La escasez es uno de los principios básicos de la teoría económica y se define:“El principio de escasez en economía parte de la idea de que los recursos son limitados y, por lo tanto, las personas deben tomar sus decisiones de producir o consumir basadas en los recursos disponibles y escogiendo alternativas respecto a lo que se quiere obtener para satisfacer las necesidades existentes.”
El concepto de escasez puede aplicarse tanto a bienes básicos, como alimentos, como a aquellos productos o servicios que no son indispensables.
Para Araneda, el principio de escasez relativa tiene una gran trascendencia para la humanidad, hasta el extremo de que ha llegado a concebirse la evolución de la sociedad como la historia de un ser hambriento en busca de pan.
Cuando hablamos de recursos limitados, nos estamos refiriendo a aquellos bienes, servicios o cosas que deseamos obtener y que, por su escasez o falta de oferta, no alcanzan para todos en todo momento.
Esto, obviamente, se traduce en el precio de los productos y servicios. A mayor demanda y falta de oferta suficiente, mayor precio.
¿Ahora bien, estos principios y conceptos se extienden hasta alcanzar a las criptomonedas?
Veamos, un sistema criptoactivo es un conjunto cerrado, basado en la plataforma tecnológica blockchain, que asegura un número limitado de unidades que resultan insuficientes para cumplir con la potencial demanda, por lo cual, a priori, supondríamos que está comprendido en el principio de escasez.
Pero qué pasa cuando a voluntad y sin mediar impedimentos se pueden replicar conjuntos gemelos o similares hasta el infinito.
Que la oferta de unidades, que en principio estaban comprendidas en un solo conjunto cerrado, se multiplican también hasta el infinito, con lo cual, el principio de escasez se desvanece, no ya para un conjunto en particular, sino para la suma infinita de conjuntos.
No existiendo este principio, en el componente del precio de las criptomonedas, en razón de la oferta infinita, se desvanece también la demanda especulativa, por lo que el precio estará dado exclusivamente por la composición del costo ( generación del producto y mantenimiento del mismo) en contraposición a los beneficios de los servicios que puedan ofrecer, como cualquier otro producto cuya reproducción es fácilmente alcanzable, por lo tanto, el valor de mercado estará determinado por la libre competencia en cuanto a reducción de costos de producción y la calidad de los servicios que ofrece.
Por lo que podemos inferir, los precios que tuvieron las criptomonedas en un principio, se irán acomodando a la baja por las nuevas condiciones que generan la emisión de conjuntos gemelos o similares en cantidades crecientes, hasta quedar equilibrados por la demanda y oferta del mercado.
A partir del crecimiento exponencial que ha tenido la emisión de criptomonedas, donde se desacopló la especulación generada por el principio de escasez, del precio del producto, habrá que esperar que este precio a futuro, se reduzca a la mínima expresión, quedando reducido a un servicio el cual también tendrá que superar el resultado del costo beneficio para seguir justificando su existencia.
Diferente son los tokens, también sustentados en la tecnología blockchian, los cuales se apalancan en un número determinado de activos depositados bajo certificación, los cuales ofrecen la posibilidad de no desprenderse de los activos y generar a la vez recursos y servicios.
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