martes, 20 de diciembre de 2022

El régimen iraní se ensaña con los deportistas jóvenes por su apoyo a las protestas

  Más de 30 atletas han sido detenidos acusados de graves delitos en la ciudad de Shiraz, según un medio iraní en el exilio. El futbolista Amir Nasr-Azadani afronta una posible ejecución.

Los iraníes “están ya acostumbrados” a ver en los medios oficiales de su país vídeos de detenidos que confiesan ante las cámaras antes de que se celebren sus juicios. Así lo explica a EL PAÍS Neda, una mujer iraní de la diáspora que oculta su identidad bajo un nombre inventado. Lo que no resulta tan corriente es reconocer en esas imágenes a alguien con quien se tiene contacto “desde que era un niño de 10 años”, como le sucedió hace unos días a Neda. El amigo al que esta mujer vio en la pantalla es Eshragh Najafabadi, exmiembro de los equipos nacionales de ciclismo de montaña y alpinismo de Irán, que aparecía en una grabación difundida por la agencia semioficial Tasnim. En ella, este deportista de 30 años reconoce su participación en una trama para atentar con una bomba casera en su país. En el mismo vídeo, otros cuatro jóvenes vinculados con los deportes de montaña —tres hombres y una mujer— se declaran culpables del mismo delito, confirma IranWire. Esta web iraní en el exilio sostiene que, solo en la ciudad de esos cinco iraníes, la meridional Shiraz, “más de 30 atletas han sido secuestrados y detenidos por las fuerzas de seguridad”.

 Iranian authorities are accusing five detained athletes from the southern city of Shiraz of plotting a bomb attack in the country.


Algunos de ellos y otros deportistas del país afrontan una probable ejecución en la horca. El más conocido es el futbolista de 26 años Amir Nasr-Azadani, procesado por los cargos de “enemistad con Dios” y pertenencia a un grupo armado, al que un tribunal de su país atribuye la muerte de tres paramilitares de la Guardia Revolucionaria —el ejército paralelo al regular cuyo objetivo es proteger a la República Islámica y a sus líderes—, confirmó el pasado martes en un comunicado la Federación Internacional de Asociaciones de Futbolistas Profesionales. El deportista, que jugó en primera división en la liga iraní hasta la temporada 2017-2018, fue detenido el 27 de noviembre por participar en las manifestaciones, donde, según su entorno, se limitó a corear algunos lemas de las protestas. De acuerdo con una fuente citada por IranWire, Nasr-Azadani ni siquiera estuvo presente en la zona donde fueron asesinados los tres paramilitares de cuyo crimen se le acusa. Este medio iraní sostiene que el abogado de oficio designado por el tribunal dijo a la familia del futbolista que la causa contra él pretendía solo “causar miedo”. El joven es una de las 39 personas que podrían ser ejecutadas de forma inminente en Irán, según la organización de derechos humanos en el exilio Iran Human Rights.

En 2019, antes de las actuales protestas contra el régimen islámico —desencadenadas por la muerte bajo custodia policial, el 16 de septiembre, de la joven de 22 años Mahsa Amini— Amnistía Internacional ya había denunciado un patrón “de detención en aislamiento, confinamiento prolongado en soledad y amenazas a los familiares [de los detenidos] para extraer confesiones forzadas en vídeo” a los arrestados, especialmente en el contexto de manifestaciones como las que suceden en Irán desde hace casi tres meses tras el fallecimiento de Amini, que tres días antes había sido detenida por llevar mal colocado el velo. Desde su inicio, 14.000 manifestantes, según la ONU, y 18.000, de acuerdo con organizaciones iraníes en el exilio, han sido detenidos. Iran Human Rights eleva a 458 los muertos por la represión.

“Había visto muchas confesiones en televisión, pero los condenados no aparecían con los ojos vendados y las manos esposadas”, como en el vídeo de los cinco deportistas, subraya Neda. Eshragh Najafabadi —acusado de liderar la supuesta trama terrorista— aparece vestido con uniforme de presidario; sendas esposas ligan sus muñecas a los brazos de la silla. La mano izquierda parece casi inerte, con la palma hacia arriba y solo mueve el pulgar. “Eshragh se lesionó esa mano en un accidente anterior, pero creemos que, probablemente, ahora se la han roto durante el interrogatorio y la tortura. Suponemos que por eso está atado a la silla”, recalca su amiga, que define el vídeo de la confesión como “una farsa”, cuyo objetivo es condenar a “cinco inocentes”. De acuerdo con una fuente citada por IranWire, estos jóvenes habían publicado imágenes de las manifestaciones en sus redes sociales antes de ser detenidos.

Desde el inicio de las protestas, la diáspora iraní ha denunciado cómo el régimen de la República Islámica ha tratado de evitar que artistas y deportistas se conviertan en altavoz de los manifestantes. Uno de los casos que tuvo más repercusión fue el de la escaladora Elnaz Rekabi, que compitió sin velo en Seúl (Corea del Sur) el 16 de octubre. Tras volver a Irán, Rekabi atribuyó su gesto a un error, en medio de denuncias de grupos de derechos humanos de que la familia de la atleta había sufrido amenazas.

Fuente: El País

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