*Por Sandra Oviedo.
“Si una mujer entra a la política, cambia la mujer, si muchas mujeres entran a la política, cambia la política”, decía Florentina Gómez Miranda. La participación política de las mujeres aumentó a nivel global, regional y local. Sin embargo, alcanzar la paridad es un desafío aún lejano.
Argentina tiene la ley de Paridad de Género sancionada en 2017 que establece la representación de la mujer al 50% en las listas electorales, esta se aplicó por primera vez en las elecciones de 2019.
Hoy las mujeres representan el 41% en la Cámara baja, el pretendido 50% se dificulta debido a la mayor presencia de varones encabezando las listas electorales. Esto significa que la “rosca” continúa siendo manejada por los hombres.
La política es un concepto que se construye, por este motivo debemos repensar los roles, las acciones, las relaciones de poder, los modos y códigos utilizados en la política tradicional.
Transformar las formas de la política y no conformarnos con incorporar mujeres es el reflejo de la equidad que buscamos alcanzar, la paridad es importante pero no es suficiente. La equidad incluye otras acciones como la efectiva participación en la toma de decisiones, en el ejercicio del poder, en la no reproducción de las lógicas patriarcales que muchas veces atraviesa a las mismas mujeres que ocupan cargos.
Otro rasgo de la inequidad es la ausencia de paridad en los cargos ejecutivos. Actualmente, de 22 cargos ministeriales solo hay 3 ministras: Elizabeth Gómez Alcorta (Mujeres, Géneros y Diversidad), Carla Vizzotti (Salud) y Sabina Frederic (Seguridad). En la actualidad, de los 135 distritos de Buenos Aires solo 6 son gobernados por mujeres. Esto representa el 4,4% de los cargos. ¿Las mujeres no tienen la capacidad de estar al frente de lugares de decisión? ¿O solo las llaman cuando las papas queman? El paralelismo con los cuidados también aparece en la política.
Los números hablan por sí mismos. La cantidad de mujeres que están en cargos ejecutivos, legislativos y de gestión, reflejan que todavía quedan muchas paredes y techos de cristal por romper. Para abordar seriamente esta problemática, es necesario proponer que en las próximas elecciones legislativas de 2021 sean las mujeres quienes figuremos encabezando las listas, que el espíritu de la Ley sea materializada en los armados electorales.
La presencia de mujeres beneficia el debate político feminista, por ejemplo, en la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, en la Ley de Equidad en medios, en la Ley de Promoción del acceso al empleo formal para personas travestis, transexuales y transgénero, entre otras. Es fundamental discutir como generar las condiciones necesarias para que las mujeres puedan tener un mayor desarrollo y crecimiento en los ámbitos de la política.
Como reflexión, la paridad se muestra como una oportunidad para alcanzar un sistema político más justo y avanzar en el camino hacia una democracia más representativa. Sin embargo, esto nos hace pensar que la equidad todavía está en discusión.
*Sandra Oviedo es funcionaria del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires, dirigente matancera, referenta provincial de Somos Barrios de Pie, concejala M.C. y docente.
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