El intercambio comercial de septiembre dejó un superávit de US$ 1.667 millones, con un incremento del 178% respecto del saldo positivo de US$ 598 millones registrado en igual mes del 2020, informó ayer el Indec en su tradicional ICA.
En septiembre, las exportaciones sumaron US$ 7.553 millones, con un crecimiento interanual del 59,8% mientras que las importaciones ascendieron a US$ 5.886 millones, 42,6% más que en igual mes del 2020.
Así, en los primeros nueve meses del año, el intercambio comercial marcó un saldo favorable de US$ 12.322 millones, con una mejora de 4% respecto a los US$ 11.837 millones registrados entre enero y septiembre del 2020.
El mes pasado, las exportaciones de productos primarios volaron 106,4%; las de Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA), 43,8%; las Manufacturas de Origen Industrial (MOI), 32,3% y combustibles y energía fue la que más creció: 135%.
Por el lado de las importaciones, crecieron todos los rubros relevados por el Indec, a excepción de vehículos de pasajeros, cuyas compras cayeron 36,4% interanual. La mayor suba fue la de combustibles y lubricantes, con 77,8%. Las compras de bienes intermedios escalaron 54,6% y las de piezas y accesorios para bienes de capital, 51,2%.
“Como se viene verificando desde fines del año pasado, los mayores incrementos se verificaron en aquellos rubros asociados a los procesos productivos”, dijeron desde Abeceb.
Un éxito. Casi. El “efecto precios” está jugando a favor de Argentina, y no por poco. “Si hubiesen prevalecido los precios del mismo mes del año anterior, el saldo comercial habría arrojado un superávit de US$ 878 millones. Bajo este supuesto, y debido a que el Índice de precios de las exportaciones tuvo una suba de mayor magnitud (29,7%) que el Índice de precios de las importaciones (19,0%), el país registró una ganancia en los términos del intercambio de US$ 523 millones”, dijo el Indec. Para el acumulado de 2021, el ayudín de los precios asciende a nada menos que US$ 5.322 millones, algo más de 40% del saldo total.
“Septiembre de 2021 fue el mejor septiembre en una década en exportaciones, y el segundo mejor de la historia”, dijo el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, ayer. Hubo un (inusual) reconocimiento a la ayuda de los precios. “Los precios de exportación ayudaron, pero también las cantidades exportadas, que fueron las más altas en una década. Estamos empezando a salir”, dijo.
En el acumulado anual, las exportaciones suben 38,2%: 25,6 puntos de esa suba es por “efecto precio” y solo 10 puntos por cantidades. Por el otro lado del mostrador, se observa una suba, en valores, de 51,5% y 35 puntos explicados por mayores cantidades.
“Esperamos una moderación de los valores exportados tanto por menores volúmenes como por un menor impulso de los precios internacionales de lo commodities exportables. En relación a las importaciones, la dinámica seguirá estando determinada principalmente por la recuperación de la actividad, la cual viene mostrando un desempeño poco homogéneo y no esperamos que sea vigorosa en lo que resta del año, y por la disponibilidad de dólares para hacer frente a los pagos. Las restricciones a las compras al exterior se van a mantener en tanto se observe inestabilidad en la brecha cambiaria y una expansión de la misma, lo que a su vez influye en el adelantamiento de pagos a importaciones”, dijeron desde LCG y proyectaron un saldo comercial de US$ 15.000 millones para 2021.
“Para los próximos meses, prevemos que las exportaciones se mantengan en niveles elevados. Si bien se irá diluyendo el efecto de la liquidación de la cosecha gruesa, no se ha revertido completamente la suba en los precios de las commodities, permitiendo que las ventas de la agroindustria sostengan sus registros”, dijeron desde Abeceb.
Brasil es una luz de alerta, por ahora amarilla. “El deterioro en las expectativas de crecimiento de Brasil, nuestro principal socio comercial, podría reducir la demanda de MOI. En Brasil, los recientes recortes en las proyecciones de expansión económica para 2022 (se estima actualmente 1,5% frente a 2% el mes pasado), consistentes con un deterioro en la confianza de los consumidores e industriales, serán un factor a monitorear en adelante en el marco de la incertidumbre habitual de los años electorales”, dijeron.
Por el lado de las importaciones, si bien todo apunta a una demanda firme y en alza, “un mercado cambiario más estresado seguiría condicionando el acceso fluido al MULC y la aprobación de SIMI, lo cual afectaría a las importaciones”. Además, “una brecha cambiaria más elevada que la vigente en la primera parte del año junto a mayores expectativas de devaluación seguirán incentivando un adelantamiento de compras y postergación de ventas, impactando en el saldo comercial”.
“Por otra parte, la persistencia de dificultades en las cadenas de suministro globales siguen generando escasez de ciertos insumos clave (como los chips), afectando la dinámica productiva de algunas industrias, y con ello, del comercio entre países”, dijeron y proyectaron un saldo de US$ 15.000 millones.
En septiembre, las exportaciones a Brasil, principal socio comercial y China, el segundo, treparon 70% y 126%, respectivamente, muy por encima del promedio. En el caso de Brasil hubo un superávit de US$ 214 millones y con China, un déficit de US$ 665 millones.
Fuente: El Economista
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