Julio Bárbaro, tiene mucha experiencia en la política Argentina y en cuanto a las políticas públicas del gobierno de Alberto Fernández, el político afirmó que: "No era lo que esperábamos. Del dogma de la cuarentena a la reforma de la justicia pasando por la triste, absurda, patética cláusula “Parrilli”, todo resulta un desatino, una provocación al sentido común, una reafirmación de lo peor del kirchnerismo.
"En lugar de asumir las diferencias, de intentar entender e integrar, en lugar de una respuesta política escuchamos del presidente “no nos doblarán el brazo, como si los que se manifiestan no tuvieran derecho a ser un dedo de esa mano que los desafía a la pulseada. Las ortodoxias siempre están más cerca de lo circense que de la ejemplaridad. Batimos el récord de encierro buscando en el dogmatismo los logros que no supimos convocar desde el sentido común", afirma Bárbaro.
Bárbaro, declara que: "Hoy hemos alcanzado a lastimar con su dolor a más del cincuenta por ciento de la sociedad. Son muy contados los momentos para recuperar de estos cuarenta y cinco años, tiempos donde el desencuentro fue causa y consecuencia de semejante decadencia que tanto nos cuesta asumir. La política, ese arte que se ocupa del destino colectivo, cedió su responsabilidad a intereses parciales que actuaron sin tener en cuenta el resultado de sus actos".
"El individualismo degradó a la ética dejándola instalada como un simple instrumento del fracaso, la solidaridad fue devaluada socialmente y refugiada en religiones, pequeños grupos y algunas sectas, donde el otro es solo aquel que comparte las limitaciones de mi fanatismo", sentenció el político.
Detrás de si posición política, Julio Bárbaro determina que el gobierno de Fernández: "Triunfaron tanto los ricos sin patria ni bandera que se animan a imponer su pensamiento como el único viable. Son ellos o los fracasados. La política y su burocracia terminó siendo el último espacio de movilidad social ascendente, los cargos enriquecen como antes premiaban la creatividad, la inteligencia y el esfuerzo. La nación se convirtió en colonia, espacio donde se enriquecen inversores cuyas ganancias tienen otro destino, en moneda y en patria. Esto realmente es una reafirmación de lo peor del kirchnerismo".
"Lo material se instaló como única opción; el encuestador y el asesor travestirán en político al ganador, que lejos está de interesarse en lo colectivo. Consolidan su propuesta de marginación de los pobres, de desprecio de la religiosidad, de la coherencia y hasta de la misma dignidad. La dimensión y gravedad de la crisis exigía una transición, no había que comenzar con la Justicia, gesto que solo repite la agobiante sensación del eterno fracaso. Necesitábamos encontrar una causa que nos uniera, que nos permitiera ocuparnos de lo más urgente, de los más necesitados. Me cuesta asumirlo, pero no encuentro razón alguna para salir de mi desesperanza. Y lo peor es que siento que al Gobierno tampoco le importamos demasiado", finalizo Bárbaro.
Fuente: Diario 26
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