
En 1983, cuando el peronismo experimentó su primera derrota electoral de su historia a manos de Raúl Alfonsín, muchos se preguntaron si ese gran movimiento popular fundado por Perón en 1945 no estaba en vías de extinción. Lo notable es que esos presagios fúnebres acompañaron al peronismo aún desde antes de su nacimiento. El 11 de octubre de 1945, seis días antes de aquel histórico 17, el diario Crítica tituló que “Perón ha dejado de ser un problema para el país”.

La misma pregunta surgió luego de los golpes militares de 1955 y de 1976 y se reitera ahora tras los resultados de las elecciones legislativas del 14 de noviembre.
Como ya sucediera en otras circunstancias adversas de nuestra historia, asumimos la necesidad de corregir los errores cometidos en nombre del peronismo en sus distintas etapas, pero también reafirmamos la vigencia de nuestra doctrina y la firme e inquebrantable decisión de encarar mancomunadamente la construcción del futuro.

Reivindicamos ante todo una identidad política basada en las Veinte Verdades Justicialistas, que condensan nuestro sistema de principios y valores, de la idea de la Comunidad Organizada, concebida como un modelo de organización de la sociedad, de la Tercera Posición, igualmente distante del capitalismo liberal y del estatismo totalitario, y del Modelo Argentino para el Proyecto Nacional propuesto por Perón en 1974. Pero somos peronistas y eso marca nuestro ADN que es el de cabalgar cada etapa de la historia con la montura apropiada.
Para nosotros, la visión y el pensamiento estratégico de Perón están más vigentes que nunca.Pero hacer honor a ese enorme legado no supone repetir con lenguaje altisonante frases sueltas extraídas de contexto, sino emplear sus propias categorías de análisis de la realidad para repensar su mensaje en sintonía con este siglo XXI. En 1974, Perón ya nos advertía que “no pensamos en que las doctrinas sean permanentes, porque lo único permanente es la evolución y las doctrinas no son otra cosa que una montura que creamos para cabalgar la evolución”.
Esa actualización doctrinaria, que consiste en un constante ejercicio de adecuación del pensamiento a los hechos, es el desafío que el peronismo tendrá que responder, con un espíritu profundamente federal, a través de su complejo y multifacético tramado de liderazgos locales, poderes territoriales, organizaciones sindicales, movimientos sociales y múltiples redes de dirigentes, militantes y cuadros políticos masculinos y femeninos, diseminados a lo largo y a lo ancho del país, para alumbrar un nuevo liderazgo nacional capaz de abrir un nuevo tiempo de oportunidades para la Argentina.

Esa exigencia de adecuación a la realidad es ineludible ante los gigantescos cambios derivados de una revolución tecnológica que impulsa la aparición de una verdadera sociedad mundial, una etapa de la evolución histórica que a principios de la década del 70 Perón había profetizado como el advenimiento del universalismo.
Este nuevo escenario requiere una respuesta efectiva a la demanda de justicia social, que junto a la independencia económica y la soberanía política constituyen para el peronismo la brújula para la acción política. Exige también recuperar ese profundo sentido ético, espiritual y solidario que expresaron Perón y Evita y que representó el contenido fundamental de la Revolución Justicialista.
Los hechos ratifican que no puede existir ninguna política social exitosa que no esté inscripta en una estrategia de desarrollo económico. Cuando una política económica genera más pobreza, no hay política social capaz de compensarla. Perón siempre reivindicó la idea de la movilidad social ascendente y el rol del trabajo como fuente de la dignidad humana.
La justicia social es inseparable de la creación de riqueza a través del despliegue de las fuerzas productivas de la sociedad. Por eso hacemos nuestra la consigna de Desarrollo, Producción y Trabajo formulada en el documento de convocatoria de la CGT para la movilización del pasado 18 de octubre.
El peronismo está nuevamente obligado a protagonizar un esfuerzo de actualización doctrinaria y reformulación programática. Tiene que volver a caminar sobre sus propios pies, sin recetas ideológicas prestadas ajenas a su concepción, provengan de donde provengan. No se trata de refugiarse en la nostalgia sino de recrear nuestra identidad y forjar una unidad de concepción en torno a una visión estratégica sobre el porvenir.
El eje de esa propuesta superadora es la afirmación de la unidad nacional, entendida como un valor superior que involucra a todas las fuerzas políticas, a los sectores representativos de la producción y del trabajo y a todas las organizaciones de la sociedad. No se trata de construir una Argentina para el peronismo sino un peronismo para la Argentina.
El requisito básico para acometer esa misión es un amplio consenso nacional alrededor de una empresa colectiva, tal como lo planteó Perón el 1° de mayo de 1974 en su último mensaje al Congreso Nacional, con el apotegma de que “para un argentino no debe haber nada mejor que otro argentino”.
Definir ese nuevo rumbo, orientado en primer lugar a enfrentar el drama de la pobreza y la marginalidad social en aumento, demanda sepultar al pasado como tema de división política. Porque el renacer de la esperanza no puede residir en un retorno al pasado… ¡a ningún pasado!, por glorioso que haya sido, sino en una fe compartida sobre la construcción de un destino común.
Sobre estas bases, un grupo de compañeras y compañeros peronistas de todo el país hemos resuelto auto-convocarnos para realizar un Cabildo Abierto Federal, con la participación de dirigentes de todas las provincias, a fin de definir entre todos un camino político que nos permita asumir la responsabilidad intransferible que nos corresponde en esta hora decisiva para el peronismo y para la Argentina.
Participaron entre otros Emilio Martínez Garbino por Entre Rios, Julio Piumato, Julio Lozano por Tucuman, Daniel Chicho Basile y Florencio Randazzo por Pcia de Bs As, Angel Baltuzzi y Emilio Ordoñez López de Santa Fe, Fernando la Hoz por Corrientes, Gerardo Conte Grand por Mendoza. Nestor Perl de Chubut, Ariel Argañaraz por Formosa, Carlos Campolongo y Julio Bárbaro porCABA, Jipi Martínez de La Rioja y Marcelo Abrahan de Salta .
1 comentario:
Hola, saludamos este Cabildo abierto federal y a sus protagonistas. Acompaño las declaraciones vertidas y me sumo desde mi lugar a la propuesta. Suerte para todos
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