Por Ricardo Bianchi
Rechazar la decisión
de la Subsecretaria de Puertos de profundizar a 44 pies la troncal fluvial, por
parte de las organizaciones ambientalistas, está bien.
Nos gustaría
agregar que, por razones logísticas, también apoyamos derogar el llamado a
licitación.
Vemos que
existe una negación generalizada a no tener en cuenta la tendencia del aumento
del porte en los barcos en el tráfico marítimo de ultramar, que hoy llegan a
las 400 mil toneladas.
El dragado a
44 pies, además de ser una estupidez, causará daños ecológicos graves, no tiene
sentido, ya que con ello solo se podrán despachar cargas de 40 mil toneladas, o
sea diez veces menos que el ideal.
La
construcción de un puerto de transferencia en las aguas profundas del Río de la
Plata, es una necesidad impostergable para poder ser competitivos con nuestros
productos de exportación y una reducción de los costos en los fletes para la
mercadería que arriba por la importación.
También es un
excelente negocio para los que inviertan en esta plataforma de transferencia,
ya que puede movilizar 200 millones de toneladas anuales, si tomamos en cuenta la
carga que aportan Paraguay y Brasil y Bolivia. Solo Paraguay transporta hasta
el puerto de Nueva Palmira de Uruguay, para ser trasbordados a buques de
ultramar, 36 millones anuales.
Estamos
hablando de la carga actual, si el tráfico marítimo crece, como debe ser, a 400
millones de toneladas en los próximos años, el puerto de transferencia permite
por su condición multimodal, aumentar sus capacidades y transferir ese tonelaje
y más.
Los jugadores
del sistema no deben hacerse los distraídos y poner solo el acento en sus
intereses inmediatos, olvidándose del conjunto de los productores y
consumidores. Es hora de madurar
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