Aborígenes de cuatro etnias de la provincia norteña de Formosa reclaman por sus tierras.
Bajo la lluvia del verano austral llegaron y bajo el agua del invierno cumplieron este viernes seis meses acampando en Buenos Aires. Más de 40 índigenas de cuatro etnias de la provincia norteña de Formosa arribaron en febrero pasado a la capital argentina para instalarse en el céntrico cruce de las avenidas 9 de Julio y de Mayo a la espera de que los recibiera la jefa de Estado, la peronista Cristina Fernández de Kirchner. Reclaman por el derecho a las tierras que consideran ancestrales, el mantenimiento de los recursos naturales sin explotación comercial masiva, un mejor acceso a la educación, la sanidad, el agua potable y la electricidad y un fomento de su cultura.
Rodeados por el intenso tránsito de Buenos Aires, lejos de la relativa calma de sus tierras en disputa, los qom, wichi, pilagá y nivaclé viven una tienda gigante entre colchones, sacos de dormir, bolsas con ropa y los alimentos que les donan los porteños amigos.
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