Para Reuters. Reporte de Lucila Sigal. Editado por Juana Casas
BUENOS AIRES (Reuters) - Es difícil aún para el analista político más experimentado entender el voto de los argentinos en las recientes elecciones primarias, en medio de una grieta que divide al país con justificaciones aparentemente racionales de ambos lados.
Un doctor en biología argentino experto en neurociencia se propuso intentar comprender cómo elige el cerebro a un candidato político y sostuvo que el bienestar económico jugó un rol importante, en medio de una campaña sin propuestas que no apuntó a lo racional sino a un sistema de creencias personales.
El presidente de centroderecha Mauricio Macri sufrió una aplastante derrota en las elecciones primarias ante el peronista opositor de centroizquierda Alberto Fernández, cuya compañera de fórmula es la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien cuenta con respaldo popular pero también una amplia imagen negativa, en parte por estar acusada en casos de corrupción.
El gobierno de Macri enfrenta una grave crisis económica, con una inflación que excede el 50% en una economía que no logra salir de la recesión, lo que agudiza el descontento social.
"En este caso el estado de bienestar jugó un papel bastante importante en cómo se decidió el voto. Lo que me pareció interesante ver es justamente la parte de las justificaciones de las personas que cambiaron su voto", dijo en una entrevista telefónica con Reuters Pedro Bekinschtein, doctor en biología y autor del libro "Neurociencia para (nunca) cambiar de opinión".
"¿Cómo es que el cerebro empieza a encontrar estas justificaciones para alguien que antes decía que tales eran unos corruptos y no los iba a votar más y, de repente, lo hace? Ese conflicto se tiene que resolver y no se puede resolver de manera racional porque hay un conflicto entre las creencias y las acciones. Ahí empiezan las justificaciones", afirmó.
Las principales encuestas previas a las elecciones primarias mostraban un escenario favorable a Fernández, pero por escaso margen. Nadie previó su triunfo por 15 puntos porcentuales ante Macri, lo que muchos analistas, incluido Bekinschtein, atribuyeron a que las personas mintieron al ser entrevistadas.
"Es una posibilidad que las personas hayan mentido, básicamente, que dijeron que votarían una cosa y en realidad votaron otra (...) Pero ahí hay un conflicto grande", dijo.
OPINIÓN VERSUS EVIDENCIA
Bekinschtein dice que las opiniones no se llevan bien con las evidencias cuando éstas no coinciden y que se necesita mucha información negativa para poder cambiar de candidato o partido.
"Las personas necesitamos bastante información que contradiga nuestras creencias para eventualmente cambiar de opinión. Hay estudios que hacen algún análisis paramétrico de cuándo una persona empieza a dudar de a qué candidato votar", afirmó.
"Y tiene que ser aproximadamente un 40-50 por ciento de información negativa porque empiezan a aparecer todos estos mecanismos de reforzar lo que ya creo (...) Como soy más escéptico con esa información negativa, necesito mucha más para poder cambiar de opinión, más que la positiva", agregó.
Para el científico, quien hizo un postdoctorado de tres años en el Departamento de Psicología de la Universidad de Cambridge, los principales candidatos proponen una campaña sin contenido ni propuestas, que está basada en eslóganes.
"Están jugando con otra cosa, no con el pensamiento racional, porque si uno piensa que vota por las propuestas, acá no hubo. Entonces votó por creencias en base a vaya a saber uno qué, porque cada uno las arma y elige la información que quiere ver", dijo Bekinschtein, investigador del CONICET e INECO.
"Hay algunas pistas de cosas que pueden estar pasando de mecanismos que actúan a nivel no consciente, más emocional y de lo que se llaman razonamientos de tipo motivado", agregó.
El autor citó estudios que indican que cuanto más radicalizadas están las personas en los extremos de la política, menos posibilidades tienen de cambiar.
En Argentina existe desde hace años una fuerte divergencia de posturas entre quienes apoyan a la centroizquierda opositora y la centroderecha que gobierna el país, una diferencia que se suele denominar con el término "grieta".
"La idea es que cuanto uno menos sabe o más encerrado está en una creencia es menos capaz de reconocer cuando está equivocado. Entonces en los extremos de la grieta tenés problemas que tienen que ver con la metacognición. En los grises hay un poco más de permeabilidad", afirmó.
Las elecciones generales en Argentina están previstas para el 27 de octubre.
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