jueves, 17 de junio de 2021

Exportación de carne vacuna: Tregua entre el Gobierno y los frigoríficos


El domingo próximo se cumple un mes del cierre de exportaciones de carne vacuna para “frenar el aumento de precios y ordenar el mercado”. El primer objetivo, por ahora, no se cumplió y, además, el país perdió dólares que no van a ser fáciles de recuperar: habrá que ver si los clientes de siempre siguen pidiendo. En las últimas horas, el Gobierno y el sector cárnico llegaron a un acuerdo, una especie de tregua, para comenzar a destrabar el entuerto. Es decir, que haya alguna señal de precios hacia adentro y que se pueda retomar la operatoria comercial hacia afuera.

En concreto, desde el Gobierno hicieron una propuesta con la que la industria exportadora no está totalmente de acuerdo, pero que terminaron aceptando porque tampoco tienen muchas opciones. Mejor pájaro en mano…

La cuota de exportación permitida para lo que queda de junio y julio sería de entre 50% y 65%. “Hay un principio de acuerdo en el monto a exportar. Se están discutiendo todos los demás detalles”, afirmó a la agencia Reuters una fuente de la industria exportadora de carnes.

De ese límite, quedarían afuera la carne con faena kosher a Israel, así como las cuotas Hilton y 481 a Europa y la cuota a Estados Unidos (ya exceptuadas) que son, en general, 20.000 toneladas. Los más perjudicados serían los compradores chinos, que se llevan el 75% de las ventas externas y otros mercados. Actualmente, hay 8% de las ventas al exterior que sí están permitidas. Ese monto, según los trascendidos, pasaría a la zona de 65%. Entre el 35% prohibido o limitado quedarían los cortes más consumidos en el país: asado (de tira o costilla), vacío, matambre, cuadrada, falda y paleta.

Sin embargo, los productores y algunos frigoríficos mantendrán su descontento porque una apertura parcial seguiría perjudicándolos. En ese sentido, la Mesa de Enlace continúa con las reuniones sectoriales ante ese descontento en el que muchos productores piden elevar el tono de las medidas de fuerza. En su momento, y con el cierre de exportaciones muy reciente, se especuló con la posibilidad de un cese en la comercialización de granos.

Algo llamativo es que la aplicación de este mecanismo correría por cuenta de la propia industria exportadora. El Gobierno aplicaría como fórmula el volumen exportado en 2020: poco más de 900.000 toneladas. Sobre esto se aplicará el volumen mensual colocado en el exterior y, descontada la mitad, luego se incorporan las cuotas que, a priori, quedarán sin restricciones.

Otro punto importante es que pidió a cambio el Gobierno para alcanzar un consenso y permitir, aunque sea, un comienzo de normalización. Actualmente, uno de los principales factores que determinaron que en el último año la carne aumentara 76% en promedio es la falta de oferta en el mercado interno.

Para destrabar la situación, el Consorcio de Exportadores ABC inyectaría un total de 12.000 toneladas de carne para vender cortes a “precios populares” en la mayor cantidad de supermercados y puntos estratégicos. Esto es algo que venía sucediendo, pero con una cantidad menor de toneladas volcadas al consumo interno. Sin embargo, el desafío en ese punto será que los cortes lleguen a los sectores de ingresos más bajos que, en general, hacen sus compras en los comercios de cercanía no regulados.
Plan ganadero

El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, anticipó que la confirmación oficial de este acuerdo sería acompañada por el anuncio de un plan ganadero para el sector. “Esta semana se anunciará el plan ganadero para asegurar que haya carne en la mesa de los argentinos, sin descuidar al sector exportador”, dijo el funcionario a C5N.

“Estamos en la recta final de un conjunto de medidas que incluyen un acuerdo con el sector de la carne, donde el objetivo es garantizar que la mesa de los argentinos esté abastecida y que el negocio exportador pueda continuar”, señaló Kulfas. Según precisó el ministro, se apunta a “un plan ganadero que nos lleve a unas 5 millones de toneladas anuales de producción de carne, ya que lo de China es una oportunidad pero debemos hacerlo ordenadamente, sin descuidar el mercado interno”.

El programa incluirá, además, la idea de aumentar el mínimo de peso de faena, que actualmente se encuentra en 300 kilos de kilo vivo en machos y 250 kilos en hembras.

Según el consultor Matías Sara, la idea (ya probada) no es buena. “Baja el precio del ternero; los criadores venden sus vacas e invierten menos en recría y terminás con menos stock/menos kilos agregados. Solo recortás la producción de livianos cuando no tenés incentivos para aumentar los pesados: terminás con menos producción total”, detalló ayer en Twitter.
Fuente: El Economista

No hay comentarios.: