viernes, 28 de julio de 2023

LA COLA DEL MEGATERIO

En la edición de La Gaceta Mercantil del 19 de mayo de 1841 se publicó una carta del Dr. Francisco Javier Muñiz al gobernador Juan Manuel de Rosas, fechada en Luján el 7 de marzo de 1841. Y en dicha comunicación encontramos muy valiosos datos.

Muñiz le presenta “el corto cuanto estraño obsequio de la cola del Megaterio, y una muela de Mastodon” y le agrega “...no son estos los primeros despojos megaterianos que examina V.E.; pero sí es la que tengo el honor de remitirle la única cola entera de aquel extraordinario bruto”.

El diario, por su parte, luego de elogiar las labores de Muñiz en Luján, expresa: “Sabemos que S.E. Nuestro Ilustre Restaurador de las Leyes tan adicto a estas investigaciones geológicas y tan ilustrado apreciador de su mérito, ha admitido con satisfacción el importante presente”.

El ilustre sabio realizó muchos y valiosos trabajos paleontológicos, y sacó a la luz, como dice el ingeniero José Babini, “el extraordinario mundo fósil sepulto en las barrancas de su río”. Efectivamente, en Luján, reunió, estudió y clasificó abundante material, con restos de megaterios, mastodontes, elefantes, toxodontes, orangutanes, milodontes y gliptodontes.

La colección obsequiada a Rosas estaba en 11 cajas, de cuyo contenido informó La Gaceta Mercantil. Don Juan Manuel, a su turno, obsequió dicho material al almirante francés Juan Enrique José Dupotet, jefe de la escuadra de Francia en el Río de la Plata y reemplazante de Leblanc. Y esto dio lugar a fuertes críticas de los antirrosistas.(1)

Coincidimos con Andrés Ivern cuando señala que el traspaso de tan valioso material a Francia fue hecho con un doble fin: cicatrizar heridas de guerra y mostrar nuestra capacidad científica a una potencia que nos había querido colonizar.

Desde el punto de vista de la ciencia nada se perdía con el regalo, ya que iba a poder de una nación que era entonces centro principal de estudios paleontológicos, con sabios como Paul Rivet.

Por otra parte, el propio Muñiz ofreció en venta a Darwin otra colección y, además, donó fósiles a la Academia de Ciencias de Estocolmo. Esto en 1861.

(1) Si Rosas hubiese conservado los restos fósiles, seguramente los antirosistas lo hubieran criticado por "impedir el avance de la ciencia".                  

Fuentes:

- "Rosas educador", artículo de Fermín Chávez publicado en la Revista del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas Nº 65- Año 2003. (*)
- La Gazeta Federal 
www.lagazeta.com.ar

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