Por iniciativa de la concejala del Frente de Todos – PJ, Alejandra Gómez Sáenz, se aprobó un pedido de informe para conocer el estado de la Biblioteca Argentina “Dr. Juan Álvarez”. Sus trabajadores y trabajadoras denuncian falta de inversión y escasez de personal.
Inaugurada en 1912 y bautizada en 1956 con el nombre de su principal impulsor, la Biblioteca Argentina es el establecimiento en su tipo más importante de la ciudad y la región, con más de 200 mil títulos. A partir del reclamo de parte del personal del establecimiento ubicado en el microcentro rosarino, la edila peronista, junto con sus pares de bloque Norma López y Eduardo Toniolli, elevó un pedido de informe que fue aprobado recientemente y en el que se solicita conocer la situación actual de ese emblemático espacio de la cultura local.
“A partir de una demanda que nos hicieron las trabajadoras y los trabajadores, entendemos que es necesario y fundamental conocer primero la situación, y resolver luego los problemas que aquejan al buen funcionamiento de la Biblioteca Argentina, que es orgullo de nuestra ciudad y de la provincia toda”, señaló Gómez Sáenz. Y agregó: “Los reclamos indican que desde 2018 no se realizan adquisiciones de materiales bibliográficos y que la colección crece exclusivamente por las donaciones. Y que, además, hay escasez de personal, no se respetan los convenios laborales y la inversión en los últimos tiempos estuvo muy lejos de las necesidades básicas”.
Por su parte, Ricardo Gómez, trabajador y delegado gremial de la Biblioteca, señaló que “estamos preocupados porque la inversión que se ha destinado a la parte edilicia no fue acompañada por la incorporación de personal idóneo, ni por la compra de libros para el desarrollo de la colección”. Y aclaró: “Esto es histórico y estructural. Hace no muchos años, éramos 110 empleados, hoy somos menos de 50. Se jubilaron 21 bibliotecólogos y sólo se incorporó una bibliotecóloga, y en el área de mantenimiento hay sólo dos personas: una se jubila este año y la otra el año que viene”.
Tras remarcar que todos los reclamos fueron consensuados en asamblea y bajo el ala del sindicato, Gómez remarcó que “los libros que se deterioran van a parar a un depósito” porque carecen, desde 2015, del área de encuadernación, que “también se encargaba de la hemeroteca, para su preservación, y eso hoy no existe”. Y fustigó: “En los últimos 5 años, la biblioteca adquirió un promedio de 30 libros anuales. Es vergonzoso que se destine tan poco presupuesto para un establecimiento de esta envergadura”.
En cuanto a las condiciones laborales, el delegado gremial fue tajante: “No sólo se vació de personal idóneo y calificado, sino que también se afectó el sistema de ascensos y funciones dentro del organigrama”. Y concluyó: “Si queremos una biblioteca que cumpla una función como tal, es fundamental escuchar a los trabajadores. Para que esta institución, tan emblemática y que también es considerada espacio de memoria, sea para todos los rosarinos y rosarinas, como todos lo soñamos”.
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