El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania está causando fuertes consecuencias a nivel económico, político y social. Y en medio de este enfrentamiento, las criptomonedas tomaron protagonismo y evidenciaron el potencial que tienen respecto de los sistemas de dinero tradicionales.
Las semanas previas a la invasión rusa, las criptos ya estaban en la agenda de ambos países. A principios de febrero, las autoridades rusas dieron un giro de 180° en su postura frente a estos activos digitales y fue noticia un proyecto por parte del Ministerio de Finanzas de aquel país en el que se le busca dar status legal a las criptomonedas.
Por su parte, Ucrania dio un paso más adelante y el 18 de febrero aprobó una ley para legalizar Bitcoin y otras criptomonedas. Cabe destacar que el país se ubica en la cuarta posición a nivel mundial en cuanto a adopción cripto (de acuerdo a un informe de Chainalysis).
Cuando Vladimir Putin confirmó el 24 de febrero el inicio de la invasión a Ucrania, el mercado cripto se vio afectado negativamente con la noticia, al igual que otros instrumentos de inversión como las acciones. El precio de Bitcoin descendió hasta US$ 34.000 (-15% en ese día), pero rápidamente rebotó y volvió a los valores en los que se venía consolidando. Esta reacción del mercado dejó en evidencia la fortaleza de las criptomonedas para recuperarse, incluso ante noticias de impacto mundial.
El jueves 24 de febrero, el Banco Central de Ucrania emitió una resolución para suspender el mercado de divisas y las operaciones con dinero electrónico, y restringió el retiro de efectivo en moneda local. Esta medida hizo que aumente significativamente el comercio cripto en ese país, al ofrecer libertad financiera para mover fondos sin restricciones.
Asimismo, con el fin de recibir apoyo financiero, el Gobierno ucraniano comenzó a aceptar donaciones en distintas criptomonedas. De acuerdo a los datos publicados por Elliptic, ya se han recaudado más de US$ 70 millones a través de más de 100.000 transferencias en Bitcoin, Ethereum, USDT, USDC, DOT y otras criptos.
Por otro lado, con el objetivo de sancionar a Rusia por la invasión a Ucrania, Estados Unidos y la Unión Europea decidieron excluir a los bancos rusos de la red SWIFT (plataforma para transacciones bancarias internacionales). Además, han congelado las reservas internacionales del Banco Central de Rusia, provocando una fuerte caída en el valor de su moneda. También se han aplicado otras medidas para bloquear la actividad económica rusa, como la prohibición de buques comerciales rusos en algunos puertos marítimos y la descalificación de sus delegaciones en eventos deportivos. Grandes empresas como Apple, Audi, Coca Cola e IKEA han suspendido sus operaciones en el país.
Como consecuencia de estas medidas, la depreciación del rublo ya superó 30% y rompió mínimos históricos. Para evitar males mayores, el Kremlin prohibió la compra de moneda extranjera y cerró temporalmente los mercados financieros en el país. Esto hizo que muchos ciudadanos rusos encuentren en Bitcoin y otras criptomonedas una manera de resguardar valor y libertad para mover sus fondos sin restricciones.
De acuerdo a un informe del Gobierno ruso, ya hay más de 12 millones de billeteras cripto en el país y se estima que al menos el 12% de la población ya posee alguno de estos activos digitales. “El comercio entre el rublo ruso y los criptoactivos como Bitcoin y Tether se ha duplicado desde que comenzó el asalto a Ucrania, alcanzando los US$ 60 millones al día”, publicó el periódico británico Financial Times.
En este sentido, el Gobierno ucraniano, respaldado por sus aliados, le solicitó a las principales plataformas de criptomonedas que acaten el bloqueo financiero, evitando transacciones de personas o entidades involucradas en el conflicto bélico. Sin embargo, los portavoces de las exchanges desestimaron la solicitud al alegar que si bloquean a ciudadanos rusos, estarían yendo en contra de uno de los principios de las criptomonedas: la libertad financiera para operar sin restricciones.
En resumen, más allá de cómo se comporte el precio en las próximas semanas, la sociedad se está dando cuenta que, ante determinadas situaciones, su dinero puede perder valor o incluso quedar bloqueado. Las criptomonedas solucionan este problema (y otros) de los sistemas financieros tradicionales, al darle el control a la gente de su propio dinero. Esto deja en claro la importancia de las criptos como resistencia a la censura y como resguardo de valor.
Por eso, independientemente del precio, la adopción y los desarrollos tecnológicos cripto siguen en aumento, demostrando el enorme potencial que tienen.
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