Video: https://twitter.com/i/status/1754200271939313881
La falta de atención en hospitales de la provincia de Buenos Aires, a cargo de Axel Kicillof, está colapsando los centros de salud de la Ciudad de Buenos Aires.
El video de un médico cirujano de la guardia del Hospital Argerich que el miércoles pasado a la noche, escoltado por personal de seguridad, tuvo que contener a familiares y pacientes que exigían ser atendidos resume en tres minutos las condiciones en las que a diario trabaja el personal de salud. Al menos seis personas, entre ellos familiares de pacientes, amenazan finalmente con “quemar todo” si tienen que seguir esperando después del triage.
“Somos ocho médicos y, lo que ustedes no ven, es que por atrás entran las ambulancias. Ingresaron cinco personas para intubar. Estamos todos corriendo hace tres horas”, argumenta el médico frente a los reclamos que iban desde dolores, malestar general o presión baja, hasta el pedido de una orden para hacer una placa. “Atiendo a todos lo que puedo, pero estoy sobrepasado”, agrega el profesional. Los traslados al Argerich, en el barrio porteño de La Boca, habían sido de víctimas de un choque múltiple que estaban en estado grave.
Pero las imágenes reflejan mejor que cualquier estadística la alta demanda de bonaerenses en las guardias de los hospitales porteños por falta de servicios más cerca de sus casas. Son pacientes que viajan horas para atenderse por una urgencia.
Los medios vienen dando cuenta de centros en la provincia de Buenos Aires que estaban limitando la oferta de atención, sobre todo las guardias, por falta de médicos, camas y hasta la inseguridad. Esa demanda insatisfecha recae en las guardias de hospitales bonaerenses que sostienen la atención y de los hospitales porteños.
En el video, a la pregunta “¿Usted de dónde viene?” que hace el médico en medio de la discusión, las seis personas que reclaman atención responden La Plata, Florencio Varela, Aldo Bonzi (La Matanza), Avellaneda, Alpargatas y Zapiola. “Ninguno viene de La Boca –replica el profesional–. Tengo una capacidad de recursos para gente de la Capital Federal, especialmente del barrio de La Boca. Ahora, atiendo a todo el mundo que puedo atender y estoy sobrepasado”. Al cuestionamiento que genera con su respuesta, devuelve: “Estoy explicando por qué estoy sobrepasado de trabajo. Y es porque todo el mundo viene para acá”, dice.
Un proyecto de ley que había ingresado a la Legislatura porteña en 2022 –y finalmente no prosperó– proponía el recupero interjurisdiccional por servicios de salud y educación brindados a residentes de otros distritos dentro del sistema público de la ciudad. En los fundamentos de esa iniciativa, estadísticas locales daban cuenta de que un 40% de las consultas anuales en los hospitales eran de bonaerenses, por un valor estimado de más de $13.000 millones. En algunos centros de salud porteños, la demanda puede ser aún más alta.
De acuerdo con datos del Ministerio de Salud de la ciudad, en toda la red de atención que depende del estado local se atendían a diciembre del año pasado unos 40.000 turnos diarios, con unas 1000 personas que estaban quedando en espera, más allá del nivel de atención que se trate (centros de atención en los barrios o los hospitales). Del seguimiento de esos casos, en la cartera sanitaria advirtieron que había que aumentar la accesibilidad de los porteños a los servicios del sistema.
Ante la consulta por los hechos registrados en el video, desde la cartera sanitaria respondieron esta noche que están trabajando para reforzar la atención en los centros de atención en los barrios, por los Cesac, para descomprimir la demanda en las guardias de los hospitales y, a la vez, evitar situaciones como la que afrontó el médico del Argerich.
“Tenemos una estructura sanitaria concentrada en la ciudad desde siempre: viven tres millones de personas, pero ingresan a trabajar muchos más [desde la provincia de Buenos Aires] que también aportan al funcionamiento de los servicios con lo que producen. Pero que alguien tenga que viajar a la ciudad desde La Plata supuestamente por una urgencia, como se ve en el video [del médico de guardia en el Argerich] es grave”, dijo Edgardo Knopoff, vocero de la Asociación Médicos Municipales (AMM) y jefe de Área Programática del Hospital Piñero, ante la consulta de La Nación tras la viralización de las imágenes.
“En las guardias, se categoriza a los pacientes para la atención de acuerdo con la urgencia de cada caso. El video habla del desborde de los pacientes y las condiciones malas en las que están trabajando los médicos”, agregó. Durante esa guardia, habían sido trasladados varios pacientes en emergencia porque había ocurrido un choque con víctimas múltiples. “Esto es prioridad para la atención en cualquier hospital”, explicó Knopoff.
A propósito de las imágenes, manifestó que el médico “tiene temor por lo que le pueda pasar con la viralización” de la grabación hecha con un teléfono celular en el pasillo del acceso a la guardia del hospital. Knopoff mantuvo reserva del nombre del profesional y confirmó que está recibiendo asesoramiento legal a través de la AMM por las imágenes tomadas sin consentimiento del médico. “Esto afecta directamente la relación médico-paciente con profesionales más a la defensiva. El acto médico es privado, con intimidad y confianza. La intromisión a través de filmaciones y su difusión en redes sociales como ocurrió en el Argerich solo termina por generar desconfianza”, indicó el representante gremial.
Hacia el final del video, cuando el cirujano sigue intentando aclarar por qué se demoraba la atención, las personas que reclamaban ser atendidas empiezan a decir que nadie les había informado que estaban sobrepasados en la capacidad de la guardia por la emergencia que atendían desde hacía tres horas.
“Espérenme porque otra no hay y la camilla cucheta todavía no la inventaron. Les pido un ratito y los voy a atender”, responde el médico y se retira, seguido de tres empleados de seguridad del Hospital Argerich.
“Entonces, ¿cuatro horas más?”, le pregunta una de las mujeres. “O cinco...”, responde el médico mientras sigue su camino.
“¡Sos un atrevido! –grita otra de las mujeres–. ¡Atrevido!”
“¡Entonces vamos a quemar todo acá!”, amenaza la misma mujer que había reclamado si la demora iba a ser de otras cuatro horas.
Fuente. La Nación - Contexto
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