Las protestas frente a la casa de la vicepresidenta Cristina Kirchner se han vuelto habituales. Diversos grupos independientes, sin bandera política, llevan su megáfono y sus carteles para hacerse escuchar y visibilizar el descontento. Los vehículos tocan sus bocinas y los peatones se detienen, miran la ventana con sus blancas cortinas cerradas, traslúcidas como si detrás estuviera alguien agazapado u oculto y la bandera argentina colgada en el piso de arriba con el festón de luto. La vecina de Cristina podría dirigir la remake de la película Enemigo en casa con el multireparto del resto de los ciudadanos. Podría haber opciones que apunten a lo patético, humor o drama, a piacere.
Mientras tanto, “nos prohíben que peguemos cartelitos con la foto de Cristina presa, pero ¿Si los camporistas o kirchneristas pueden destruir la Catedral, el Cabildo o cualquier pared?, se dan cuenta como son las restricciones a los que cumplimos la ley, para los ciudadanos honestos, estamos hartos y vamos a seguir viniendo todas las veces que sean necesarias”, reclama Aura Marina Ríos Flores. Es que algunos vecinos se quejan… ¿Será de los republicanos o de su impropia vecina? O ¿Se esconden detrás de una cortina de humo para no ver a los 115000 muertos en la pandemia? O ¿Desgobierno?
Es claro que “usaron la pandemia para su propio beneficio y protestar acá frente al templo de la corrupción y la impunidad para decirle a Cristina Fernández la historia no te absolvió, la historia y los ciudadanos te hemos condenado por siempre”, expresa Ríos Flores, del Equipo Republicano que junto Acción Conjunta Republicana se hicieron presente el pasado martes 5 de octubre.
En esta semana ocurrieron cosas: se volvió a la presencialidad en el Senado, en su primera sesión la vicepresidente hizo un paso de comedia y se retiró, renunció Elena Highton como jueza de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y sobreseyeron a Cristina Fernández por el Memorándum de Irán en una resolución express.
Por ello, frente a “las fechorías que se repiten estamos acá los republicanos de morondanga que te vamos a llevar presa y te queremos en el banquillo de los acusados”, decían los manifestantes indignados y llamaban a “defender la república porque ya depende inexorablemente de todos los argentinos”.
Por Alejandra Passarelli
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