miércoles, 17 de julio de 2024

Hard Rock Stadium: Final de la Copa América, Argentina - Colombia


       Por Ricardo Bianchi

El recorrido desde North Beach al estadio, Hard Rock Stadium, es de aproximadamente cuarenta minutos, tardamos tres horas guiados por la aplicación. Las razones, la policía de tránsito cortó, vaya a saber porqué, los accesos directos, en sus poderosas motos, vestidos con botas lustrosas, correaje igual, guantes, me hicieron acordar al comediante italiano de Il Vigile, Otello Celletti, interpretado por Alberto Sordi, un eterno desempleado, logra ser contratado como policía de tráfico gracias a que su hijo salvó de ahogarse al hijo del alcalde. Así, tras años de ser la burla del pueblo consigue poder suficiente para vengarse de quienes lo molestaban, mostrando su poder con su uniforme lustroso. Bueno, pensé lo mismo de la policía motorizada de Miami, inútiles de toda inutilidad, complicado lo sencillo. Bueno, al arribar al Stadium, no nos dejaron pasar al estacionamiento contratado de antemano. Tuvimos que dejarlo, pagando 50 dólares en una casa particular. Una multitud rodeaba los accesos cerrados, chicos, mujeres, personas mayores. Ocurrió, que debido a su ignorancia, los organizadores, no tuvieron en cuenta, a pesar de que fueron advertidos, que estaban llegando oleada de colombianos que no tenían entradas. En lugar de prevenir con varias barreras de acceso con abundante presencia policial, como pude advertir en un partido de la Selección con Perú en cancha de Boca, habían dispuesto tan solo un par de controladores y al ver eso, las personas sin tickets se fueron como malón forzando el ingreso. Ahí decidieron con el apoyo policial que no estaba haciendo tareas de prevención cerrar las puertas, sin tener en cuenta que miles de personas amontonadas podían generar una estampida con consecuencias trágicas. Solo la gracia de Dios impidió que ello ocurra. Después de unas horas y con la suma de espectadores que iban arribando, abrieron los portones e ingresaron todos, los que tenían entradas y los que no. Nosotros tuvimos que decirle a dos colombianos que ocuparon las butacas que nos correspondían, que por favor se levanten y nos dejaran los asientos, cosa que felizmente hicieron. Los colados ocuparon todas las escalinatas entre butacas, los pasillos y lugar que encontraron. Los organizadores no tienen la remota idea de como manejar una multitud como esta, normalmente un encuentro importante en Argentina se contratan hasta mil o más policías para desplegar una acción preventiva. Cuando salieron los jugadores a la cancha todo fue cánticos y alegría. Los dos equipos con juego parecido hicieron, para mí, un muy buen partido. Con el gol de Lautaro, todo fue fiesta, saltar, cantar y vivir un momento de felicidad y emoción. Premiación, con igual marco, hasta la salida, buscamos el auto y otra vez el sufrimiento de tardar tres horas de regreso. Conclusión, dejando de lado el fútbol. Para el mundial los organizadores tienen que informarse de otras experiencias, capacitarse, y rodearse de policías de verdad, no de los Alberto Sordi de ficción.

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