El rechazo al pasaporte COVID impulsado por el gobernador Axel Kicillof se visibilizó ayer 23 de julio frente a la Casa de la provincia de Buenos Aires en Callao al 200 en CABA cuando un numeroso grupo de manifestantes plantearon su oposición a las medidas de control social que imitan a las de Francia. Que regirán para los bonaerenses a partir del lunes 26, se agregará a la ocupación permitida en establecimientos cerrados un 20% de personas que estén vacunadas al menos con una dosis.
“El único que puede ejercer control social respecto a mi salud, condición de vacunación, temperatura es alguien en ejercicio legal de la medicina, ya vemos que están haciendo ejercicio ilegal de la medicina poniendo a una persona no idónea a tomar la temperatura, a hacer un diagnóstico de temperatura corporal, ningún policía ni nadie que no sea autoridad sanitaria que no sea médico puede pedir datos personales de tu historia clínica ni de tu estado de salud”, expresa la manifestante Roxy Fernández. Respecto del por qué se imitan las medidas en Europa, Roxy dice “hay mucha gente se está resistiendo en Europa y no lo comunican, que lo haga un vecino no significa que lo haga yo, no me dejo coaccionar, y es un delito, no te pueden obligar a vacunarse con algo que no se saben las consecuencias” y ejemplifica “si me paro en la esquina y le doy kerosene a la gente y le digo que le hace bien estoy coaccionando, no así cuando nos dicen que la vacuna hace bien y el dióxido de cloro hace mal queda claro que hay muchos intereses detrás”, simplifica.
Respecto al derecho sobre el cuerpo humano (art 17 del CCyC), “los derechos sobre el mismo o sus partes …solo pueden ser disponibles por su titular”. Explica Fernández que “si uno tiene un cuerpo extraño dentro de mi cuerpo (algo como la vacuna) ya no es un cuerpo independiente, parecería que nos están manejando los cuerpos, a pesar de que mi cuerpo es mi decisión, este discurso impuesto para lo que les conviene a los gobernantes: para matar inocentes, despoblar, para romper las familias o generar falsas expectativas referidos a los derechos de las mujeres”. Y concluye que “cuando se quieren aplicar las leyes y los derechos de la Constitución Nacional o de los Tratados Internacionales se hacen los distraídos”.
Los manifestantes reclamaban que “no se necesita un pase para ser libre”, que este pasaporte” fomentaría la discriminación” y que las leyes provinciales son “ilegales” como en el caso de Bs. As. o Mendoza que darán premios a los vacunados que ingresen a consumir a un restaurant como forma de estimular la vacunación COVID.
“El pasaporte sanitario es ilógico, nos va a reprimir a aquellos que necesitamos viajar por motivos personales, laborales o ir a un restaurante, necesitamos tener libertad sino es una forma de discriminar porque gripe o enfermedades contagiosas hubo siempre y jamás se pidió un pasaporte sanitario, es insólito que le dan premios a los que están vacunados, nos están mintiendo”, reclama Daniel Otero. Porque cuenta que “cuando era chico y me vacunaban, mi vieja me compraba papas fritas pero que entreguen un bien a cambio de una vacunación refleja que la vacuna COVID es una farsa”.
El epidemiólogo español José Félix Hoyo expresó para DW TV que los países deberían aplicar “medidas positivas y no coercitivas” (además de información transparente) en referencia a la reticencia a la vacunación masiva COVID-19 en países como Francia o Bulgaria, debido al escepticismo y la desconfianza hacia la vacuna fabricada de manera expeditiva.
Para sumar a la disconformidad en la protesta señalaron “ya que este gobierno se regodea de ser inclusivo, pedimos que nos incluya a los no vacunados con los mismos derechos, obligaciones y deberes que nos protegen a todos, sino en tal caso nos autopercibiremos “vacunades””
Por Alejandra Passarelli
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