sábado, 1 de octubre de 2022

Ucrania recupera Lyman, un enclave estratégico en una región anexada por Rusia


KIEV.- El Ejército ucraniano recuperó este sábado la estratégica ciudad oriental de Lyman, la victoria más reciente de la contraofensiva de Kiev y un humillante golpe para el Kremlin, que solo un día antes celebró por todo lo alto la anexión formal de cuatro regiones del este del país.

“Las fuerzas de asalto aéreo ucranianas entran en Lyman, en la provincia de Donetsk”, dijo el Ministerio de Defensa ucraniano en Twitter. Donetsk es una de los cuatro territorios de Ucrania que según el Kremlin pasaron a formar parte de la Federación Rusa, una resolución sin ningún efecto jurídico para la comunidad internacional, que condenó la decisión del Kremlin. Estados Unidos incluso impuso nuevas sanciones.

En un video que acompaña el mensaje se ve a dos soldados colocar la bandera nacional celeste y amarilla al lado de un cartel de bienvenida a la ciudad. “Desplegamos nuestra bandera nacional y la colocamos en nuestro territorio. Lyman siempre formará parte de Ucrania”, dice uno de ellos
Moscú admitió la retirada de sus fuerzas de esa localidad. “Amenazados con el cerco, las tropas aliadas se retiraron de Lyman a líneas más favorables”, dijo el Ministerio de Defensa ruso.

Lyman se encuentra cerca de la frontera con la provincia de Lugansk, otro de los territorios anexados el viernes después de los referéndums criticados fuera de Rusia por realizarse a punta de pistola. Centro clave de transporte nacional, la localidad recuperada fue un sitio importante en la primera línea rusa, tanto para las comunicaciones terrestres como para la logística. Se encuentra a 160 kilómetros al sureste de Kharkiv, la segunda ciudad más poblada de Ucrania.

Las fuerzas ucranianas liberaron vastas extensiones de territorio en una contraofensiva que comenzó en septiembre, en la que expulsaron a las fuerzas rusas de la zona de Kharkiv y se movieron hacia el este a través del río Oskil hacia Lyman y otros puntos estratégicos. El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, celebró el viernes los “resultados significativos” de la contraofensiva en el este.

Los combates se producen en un momento crucial de la guerra del presidente ruso, Vladimir Putin. Frente a los avances ucranianos en el campo de batalla -que él enmarca como un esfuerzo orquestado por Estados Unidos para destruir a Rusia- Putin intensificó esta semana sus amenazas de utilizar la fuerza nuclear y utilizó su retórica más agresiva y antioccidental hasta la fecha.


Pero lo de Putin no fue solo retórica. En su mayor ataque en semanas, el Ejército ruso golpeó el viernes varias ciudades ucranianas con misiles, cohetes y drones. Uno de los ataques en la capital de la región de Zaporiyia dejó 30 muertos y 88 heridos. El gobernador de la región de Kharkiv, Oleh Syniehubov, dijo además que 24 civiles murieron a principios de la semana en un ataque contra un convoy de civiles que intentaban huir del distrito de Kupiansy.

El Ministerio de Defensa de Rusia dijo que sus cohetes destruyeron objetivos militares en la zona, pero no hizo comentarios sobre las acusaciones de que atacaron a civiles que huían. Las tropas rusas se retiraron de gran parte de la región de Kharkiv tras una exitosa contraofensiva ucraniana el mes pasado, pero siguen bombardeando la zona.
Secuestro

En un aparente intento de asegurar el control sobre otro de los territorios anexados, las fuerzas rusas secuestraron al director general de la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, Ihor Murashov, según denunció la compañía de energía nuclear de Ucrania, Energoatom.

Soldados rusos le marcaron el alto al vehículo de Murashov, le cubrieron los ojos y lo llevaron a una ubicación desconocida. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que cuenta con personal dentro de la central desde la llegada de una misión de inspección el mes pasado, indicó sin dar detalles que Rusia le dijo que “el director general de la planta de energía nuclear de Zaporiyia fue detenido temporalmente para responder preguntas”.

La central de Zaporiyia quedó atrapada en repetidas ocasiones en el fuego cruzado durante la guerra en Ucrania. Si bien pasó bajo control ruso, las fuerzas de ocupación debieron dejar que los técnicos ucranianos continuaran con la operación de las instalaciones. El último reactor de la planta se apagó en septiembre en medio de incesantes ataques de artillería cerca del lugar.

Siguiendo la retórica de Putin, el líder de la república rusa de Chechenia, Ramzan Kadirov, pidió este sábado al Ejército ruso usar “armas nucleares de baja potencia” en Ucrania ante las dificultades de las tropas. “En mi opinión, hay que tomar medidas más drásticas, hasta la declaración de la ley marcial en las zonas fronterizas y el uso de armas nucleares de baja potencia”, declaró.

“No es necesario tomar nuestras decisiones teniendo en cuenta a la comunidad occidental-americana”, añadió este dirigente leal al Kremlin, que estuvo el viernes en Moscú para la formalización de la anexión de territorios ucranianos.

El líder checheno, que gobierna con puño de hierro, también cuestionó la cadena de mando en el Ejército ruso, a la que acusó de nepotismo. “El nepotismo en el Ejército no conduce al bien. No hay lugar para el nepotismo en el ejército, especialmente en tiempos difíciles”, subrayó.

Agencias AFP, AP y ANSA

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