Lejos de encausarse por vía pacífica o diplomática, opciones que parecen estar cada día más lejos; la guerra entre Rusia y Ucrania se intensifica a cada instante. Las acciones bélicas se repiten una tras otra con movimientos tácticos y estratégicos pendulares, que muestran el avance de un bando sobre el otro replicando las movidas previas. Esta suerte de "empate técnico" alarga las acciones y presagia más tiempos duros.
Luego de varias jornadas en las que tanto el Kremlin como Kiev proclamaban su victoria a los cuatro vientos en la ciudad de Bajmut, ahora el escenario se trasladó a la región rusa de Bélgorod -en la frontera con Ucrania-, donde el gobernador local, Viacheslav Gladkov, denunció este martes varios ataques con drones durante la madrugada contra dos edificios residenciales y uno administrativo, en medio de la operación antiterrorista en marcha, según Rusia, por la incursión la víspera de saboteadores.
Gladkov, añadió, que en la aldea de Borísovka, "se lanzó un artefacto explosivo desde un dron sobre un edificio administrativo". Tampoco en este caso hubo víctimas, recalcó Gladkov, quien explicó que sí resultó dañado el techo de una casa.
El gobernador de Bélgorod aseguró que los drones fueron derribados por los sistemas de defensa antiaérea.
Tablero de guerra
El ataque con drones se produce después de que Rusia denunciara este lunes que en el territorio del distrito de Gráivoron entró un grupo de sabotaje y reconocimiento de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
El jefe de la compañía de mercenarios Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, elogió la labor de los guardias fronterizos rusos de la región de Bélgorod, pero arremetió contra el Ministerio de Defensa, habitual blanco de sus críticas.
"¿Dónde estaban los militares cuando irrumpió el grupo de sabotaje y reconocimiento? Esta es una gran pregunta que debe hacerse la jefatura del departamento militar", dijo en un audio publicado el jefe del Grupo Wagner en su canal de Telegram.
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